viernes, 18 de septiembre de 2020

El castillo de Miraflores a vista de drone

 





El castillo de Miraflores. Al fondo paisaje volcánico.
Cubeta de Piedrabuena


El castillo de Miraflores, en Piedrabuena, Ciudad Real, es una fortaleza islámica, con muestras cerámicas de los siglos IX-X. Construído en tabiya y en mampostería principalmente. Ocupado a mediados del XII por los cristianos, lo recuperan los almohades en 1196 y pasará de nuevo a los caballeros de Calatrava en 1212, sufriendo diversas modificaciones arquitectónicas.


Es castillo adaptado al terreno, de forma irregular, con una única torre. Conserva toda su muralla de tabiya y mampostería. Es obra musulmana. Los calatravos modifican la entrada, adaptándola para el uso del rastrillo. Hay un gran aljibe con bóveda gótica de ladrillo, reforma cristiana, una gran caballeriza, sobre la que se levantaba la cámara principal, una cámara más pequeña con ventana de 2 punto y dos grandes almacenes. La torre tuvo cuatro plantas con suelo de madera hoy desaparecido.

La fortaleza fue abandonada pronto, probablemente en el siglo XV, al trasladarse la puebla al llano y construir nuevo castillo, más cercano a la zona de cultivo y a las vías de comunicación, el castillo de Mortara, hoy plaza de toros, en Piedrabuena.

Esta muestra de arquitectura militar, fortaleza del entorno de Calatrava la Vieja con la que tendrá relación tanto en época musulmana como bajo dominio cristiano, hay que compararla con las transformaciones experimentadas, en los siglos XII-XIII, por otros castillos de su entorno como Caracuel, Salvatierra, Alarcos o la misma Calatrava...







Vista cenital del castillo de Miraflores. Piedrabuena (Ciudad Real).
Fotografía tomada con done. Juan Martín Martín
      

Distribución de las dependencias del
Castillo de Miraflores. Juan Martín Martín





Paisaje desde el Castillo de Miraflores. Al fondo el Volcan
de la Arzollosa.  Juan Martín Martín.
(Fotos tomadas con drone)
Paisaje al NO desde el Castillo de Miraflores. 
Juan Martín Martín. Fotos tomadas con drone



Referencias históricas

Aunque fue islámica no está citada hasta la época de dominio de la Orden de Calatrava en la zona, 1157/1195, como fortaleza musulmana ocupada por la Orden, que no la perdió tras Alarcos porque los almohades prosiguieron hacia Calatrava, siguiendo el camino principal para tomar el punto más importante de esta zona. 



En cambio la expedición de 1196, que asedió Toledo, la tomó en su ruta de regreso por el puerto de Alhover. Permaneció en poder de los almohades hasta 1212 ya que el ejército cristiano la ocupó tras conquistar Calatrava en su marcha hacia las Navas. 



Vuelta de nuevo a posesión de la Orden de Calatrava la vemos incluida en la concordia sobre diezmos de 1245 entre la Orden y el arzobispo de Toledo, por lo tanto tenía iglesia y moradores. Sería probablemente en la segunda mitad de ese siglo cuando surgiría el nuevo emplazamiento y en el siglo XIV el traslado civil se habría consumado totalmente. Las Relaciones Topográficas del s. XVI citan tan sólo el castillo aportillado que hay en sus proximidades, que "era de moros". Saber más



El profesor Francisco Zamora Soria y Juan Martín Martín
en el castillo de Miraflores.


Emplazamiento


Al noroeste de Piedrabuena, a 741 metros de altura, junto al monte Cerrajón. Tiene contacto visual con Benavente y Alarcos y desde su torre se verían el Castillejo de Porzuna y Picón Viejo. Apenas hay restos del poblado que debió existir ante el castillo. Sólo huellas de subterráneos excavados en la roca y aljibes.

Fortaleza irregular por adaptación al terreno. Asentada sobre roca, presenta fuertes desniveles, con declive en sentido sudeste-nordeste que obligó a levantar muros de diversa altura y nivel. Internamente tiene cuatro niveles de suelo.

Aljibe. Castillo de Miraflores. 
Conserva todo su perímetro de 166 m. de cortinas quebradas con una sola torre. Construído sobre todo en tabiya, cuyas marcas de encofrado se mantienen, y mampuesto, con sillares en ángulos y en la entrada y sillarejo en la parte inferior de las cortinas.

Hay ladrillo en el interior, en el aljibe, encuadres de puertas, una buena ventana abocinada y numerosos pequeños vanos cuadrados. También algún muro interior muestra alternancia de mampostería e hiladas de ladrillo.

Vista del interior de la torre
Como cubierta se empleó la bóveda de cañón de mampostería, que se conserva sólo en la entrada, la bóveda de ladrillo apuntada, que cubre parcialmente el aljibe y el techo de madera, muy usado para los pisos intermedios, como nos lo demuestran los grandes huecos de los muros para las cabezas de las vigas.

Mantiene las cortinas norte y oeste hasta el camino de ronda con parte del parapeto, como la torre esquinera. 
Las demás están parcialmente desmochadas, como la zona sur cuyos muros alcanzan sólo la altura del suelo interior del castillo, que presenta en este lugar su punto más elevado alcanzando una diferencia de 6 m. con el suelo exterior. Estas cortinas tienen 6/9 m. de alto.

Puerta  de Acceso al interior
de la Gran cámara
El nivel inferior de suelo está al este, lo que obligó a comenzar sus muros a altura muy inferior a los restantes, pues hubo que elevarlos 13 m. sólo para alcanzar el nivel del suelo interior. Esto permitió colocar aquí dos grandes sótanos-almacenes que llenan el espacio entre la cortina y la roca natural que forma el suelo interno del castillo.


La puerta se abre adosada a una gran roca, que destaca a gran altura sobre el suelo exterior, con acceso en fuerte pendiente. Tiene una cámara inferior con bóveda de cañón, que encerraba la doble hoja de la puerta, asegurada con gruesa barra transversal, y un rastrillo, que se manejaba desde el piso sobre la entrada. Saber más

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